"Caminante, son tus
huellas
el camino, y nada
más…"
(Antonio Machado, “Proverbios y cantares: XXIX”, líneas 1 a 2)
La vida de una persona no está
predeterminado. Cada quién tiene la responsabilidad de elegir que hacer con su
vida. Sin embargo, no significa que no hay otras variables que no influyen a esas decisiones. De hecho, las interacciones que tiene una persona con los demás tiene un impacto enorme – determina ciertos pasos en la
vida. Se nota este efecto mediante la formación de una ola.
“Proverbios y cantares: XXIX” pone un
hincapié con respeto a que una persona tiene muchas opciones para adelantarse
en la vida. Aun así, uno no realmente depende en si mismo para elegir los pasos
que tomará – las influencias de los amigos, los familiares, los maestros y aún a
veces los desconocidos impactan tales decisiones. Pueden llegar a tener impactos
negativos o positivos.
Un buen ejemplo se ve mediante el estudio
de cómo se forman las olas. Con respeto a su formación, hay dos tipos de olas:
las olas transversas y las olas longitudinales. Los videos siguientes muestran
cómo se forman (el ver el primer minuto y cacho de cada quién es suficiente):
Las olas longitudinales:
Cómo se forman
las olas transversas es semejante a los impactos negativos de los demás. Aunque
la ola se adelanta, está atascada por tanto movimiento hecho por la fuerza inicial.
Lo contrario se nota en la formación de las olas longitudinales; al principio
hay un empujón que ayuda a la ola adelantarse en una manera directa y rápida, semejante a los impactos positivos que recibe una persona de los demás. Las interacciones
que tenemos con los que nos rodean no nos ayudan solamente determinar a
dónde vamos, pero también la manera de llegar a nuestra destinación o meta.
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